¿POR QUÉ ESTOS MITOS SOBRE EL USO DE LAS TIC EN MENORES SON FALSOS?
Hoy continuaremos hablando de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, conocidas como TIC. En esta entrada vamos a desmontar diferentes mitos relacionados con el uso del Smartphone, la Tablet, los videojuegos o la televisión. Seguro que en alguna ocasión se te ha pasado por la cabeza alguna de las siguientes frases… Vamos a ver por qué son falsas.
“ES INÚTIL EDUCAR A HIJOS E HIJAS EN EL USO ADECUADO DE LAS TIC PORQUE SIEMPRE SABRÁN MUCHO MÁS QUE LAS PERSONAS ADULTAS”: FALSO.
Aunque los y las menores en muchas ocasiones son quienes mejor asimilan y manejan los entornos digitales, el papel de las familias en este ámbito es fundamental. Es responsabilidad de las personas adultas gestionar el tiempo de uso de las TIC a través de normas en el hogar, explicarles por qué la privacidad es importante, y supervisar las amistades en las redes sociales de los hijos e hijas. Todos estos aspectos van más allá de saber cómo funciona Instagram o TikTok. Los y las menores aprenden rápido porque tienden a explorarlo todo de forma natural, pero no poseen un gen que les ayude a manejar mejor las nuevas tecnologías. El uso de TIC requiere de la supervisión, las pautas educativas y las normas del hogar.
“LA MEJOR FORMA DE PROTEGER A LOS Y LAS MENORES DE LOS RIESGOS DE INTERNET ES PROHIBIRLES EL ACCESO”: FALSO.
El móvil, las redes sociales, o internet en general, son herramientas muy importantes en la educación y la socialización de las personas, también de los y las menores. Internet ha venido para quedarse. Nos permite comunicarnos a grandes distancias, realizar videollamadas con nuestros seres queridos, teletrabajar, hacer la compra online, o entretenernos en general. Todas estas ventajas las hemos podido disfrutar durante el confinamiento. Su prohibición o censura para los y las menores sería contraproducente a nivel educativo e inviable, desde un punto de vista práctico. La mejor forma de proteger a los hijos e hijas se basa en un buen manejo del uso de las TIC mediante normas, la educación sobre el uso responsable y la supervisión constante.
“LA MEJOR FORMA DE CONTROLAR EL USO DE LOS VIDEOJUEGOS O LA NAVEGACIÓN POR INTERNET SE BASA EN LIMITAR EL TIEMPO DE USO”: FALSO.
El tiempo de uso es una de las variables que se debe supervisar y regular dentro del entorno digital, pero no es la única. Es posible que durante 15 minutos un o una adolecente haga un mal uso de las TIC, o que las utilice durante 1 hora y haga un uso responsable. Es también fundamental supervisar los objetivos de conexión (por qué y para qué quiero conectarme), los lugares de acceso (qué página web, qué red social) y las actividades realizadas (qué vídeo de Youtube, qué publicaciones se hacen en Instagram, etc.).
La negociación y el establecimiento de límites es necesario y adecuado, no solo en los entornos digitales, sino también en otros ámbitos de la vida cotidiana. Sin embargo, esta estrategia solo será efectiva si se integra en un sistema más amplio de acciones educativas. La reflexión conjunta sobre los entornos digitales, el compartir el uso de las TIC en familia y otras actividades de ocio sin pantallas, la consulta y diálogo con otros padres, madres y/o profesionales, son algunas de las posibles estrategias a seguir para llevar a cabo una adecuada gestión educativa de las TIC.
“PARA PODER OBTENER UNA PROTECCIÓN TOTAL EN RELACIÓN AL USO QUE LOS Y LAS MENORES HACEN DE INTERNET BASTA CON INSTALAR UN FILTRO PARENTAL”: FALSO.
Los filtros parentales son herramientas que pueden ayudar a complementar la regulación del uso que se hace de las TIC, pero nunca deberían sustituir la tarea educativa de la familia. En muchas ocasiones, los contenidos de algunas redes sociales se cuelan a pesar de tener activados los filtros parentales.
Para fomentar un clima de confianza y buena comunicación es conveniente explicar en familia el objetivo de los filtros parentales, y adaptar el tipo de filtro a las necesidades y proceso de maduración de los y las menores.
Las TIC conllevan muchos más beneficios que riesgos tanto para las personas adultas como para los y las menores. Sin embargo, los y las menores necesitan de nosotros y nosotras para saber cómo relacionarse con ellas o con otras personas en el entorno digital. Tener normas específicas claras y concretas en el hogar, supervisar el uso de las TIC, gestionar y limitar el tiempo de uso, o disfrutar de un ocio en familia libre de pantallas, son algunas de las consideraciones fundamentales a tener en cuenta para una educación digital sana.
Y tú, ¿alguna vez se te ha pasado por la cabeza alguno de los mitos anteriores? ¿Has oído hablar sobre algún mito más?
“ES INÚTIL EDUCAR A HIJOS E HIJAS EN EL USO ADECUADO DE LAS TIC PORQUE SIEMPRE SABRÁN MUCHO MÁS QUE LAS PERSONAS ADULTAS”: FALSO.
Aunque los y las menores en muchas ocasiones son quienes mejor asimilan y manejan los entornos digitales, el papel de las familias en este ámbito es fundamental. Es responsabilidad de las personas adultas gestionar el tiempo de uso de las TIC a través de normas en el hogar, explicarles por qué la privacidad es importante, y supervisar las amistades en las redes sociales de los hijos e hijas. Todos estos aspectos van más allá de saber cómo funciona Instagram o TikTok. Los y las menores aprenden rápido porque tienden a explorarlo todo de forma natural, pero no poseen un gen que les ayude a manejar mejor las nuevas tecnologías. El uso de TIC requiere de la supervisión, las pautas educativas y las normas del hogar.
“LA MEJOR FORMA DE PROTEGER A LOS Y LAS MENORES DE LOS RIESGOS DE INTERNET ES PROHIBIRLES EL ACCESO”: FALSO.
El móvil, las redes sociales, o internet en general, son herramientas muy importantes en la educación y la socialización de las personas, también de los y las menores. Internet ha venido para quedarse. Nos permite comunicarnos a grandes distancias, realizar videollamadas con nuestros seres queridos, teletrabajar, hacer la compra online, o entretenernos en general. Todas estas ventajas las hemos podido disfrutar durante el confinamiento. Su prohibición o censura para los y las menores sería contraproducente a nivel educativo e inviable, desde un punto de vista práctico. La mejor forma de proteger a los hijos e hijas se basa en un buen manejo del uso de las TIC mediante normas, la educación sobre el uso responsable y la supervisión constante.
“LA MEJOR FORMA DE CONTROLAR EL USO DE LOS VIDEOJUEGOS O LA NAVEGACIÓN POR INTERNET SE BASA EN LIMITAR EL TIEMPO DE USO”: FALSO.
El tiempo de uso es una de las variables que se debe supervisar y regular dentro del entorno digital, pero no es la única. Es posible que durante 15 minutos un o una adolecente haga un mal uso de las TIC, o que las utilice durante 1 hora y haga un uso responsable. Es también fundamental supervisar los objetivos de conexión (por qué y para qué quiero conectarme), los lugares de acceso (qué página web, qué red social) y las actividades realizadas (qué vídeo de Youtube, qué publicaciones se hacen en Instagram, etc.).
La negociación y el establecimiento de límites es necesario y adecuado, no solo en los entornos digitales, sino también en otros ámbitos de la vida cotidiana. Sin embargo, esta estrategia solo será efectiva si se integra en un sistema más amplio de acciones educativas. La reflexión conjunta sobre los entornos digitales, el compartir el uso de las TIC en familia y otras actividades de ocio sin pantallas, la consulta y diálogo con otros padres, madres y/o profesionales, son algunas de las posibles estrategias a seguir para llevar a cabo una adecuada gestión educativa de las TIC.
“PARA PODER OBTENER UNA PROTECCIÓN TOTAL EN RELACIÓN AL USO QUE LOS Y LAS MENORES HACEN DE INTERNET BASTA CON INSTALAR UN FILTRO PARENTAL”: FALSO.
Los filtros parentales son herramientas que pueden ayudar a complementar la regulación del uso que se hace de las TIC, pero nunca deberían sustituir la tarea educativa de la familia. En muchas ocasiones, los contenidos de algunas redes sociales se cuelan a pesar de tener activados los filtros parentales.
Para fomentar un clima de confianza y buena comunicación es conveniente explicar en familia el objetivo de los filtros parentales, y adaptar el tipo de filtro a las necesidades y proceso de maduración de los y las menores.
Las TIC conllevan muchos más beneficios que riesgos tanto para las personas adultas como para los y las menores. Sin embargo, los y las menores necesitan de nosotros y nosotras para saber cómo relacionarse con ellas o con otras personas en el entorno digital. Tener normas específicas claras y concretas en el hogar, supervisar el uso de las TIC, gestionar y limitar el tiempo de uso, o disfrutar de un ocio en familia libre de pantallas, son algunas de las consideraciones fundamentales a tener en cuenta para una educación digital sana.
Y tú, ¿alguna vez se te ha pasado por la cabeza alguno de los mitos anteriores? ¿Has oído hablar sobre algún mito más?
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