¿POR QUÉ DEBEMOS EDUCAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS CON NORMAS?
En mayor o menor medida, en todas las familias se establecen normas. Algunas se han aprendido de forma natural, como, por ejemplo, saludar al llegar a casa. Este tipo de normas ni si quiera llegamos a identificarlas como tales. Otras, sin embargo, han tenido que establecerse explícitamente con una conversación o una negociación.
Es posible pensar que las normas coartan la libertad de nuestros hijos e hijas, pero lo cierto es que el establecimiento de límites en el hogar tiene una función preventiva dentro de la educación de los y las menores. Nuestros hijos e hijas tendrán que enfrentarse más tarde o más temprano a una sociedad en la que existen leyes, normas de conducta y obligaciones personales y profesionales. La presencia de normas contribuye de forma positiva a múltiples aspectos de su educación como personas:
• Ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos. Facilitan, por tanto, el autocontrol del o la menor, regulando los deseos más inmediatos posponiéndolos (si no es el momento), facilitando así conductas más adecuadas.
• Permiten entrenar la tolerancia a la frustración. Que no puedan hacer siempre lo que les apetece supone un sentimiento de frustración que puede servirles de experiencia para situaciones futuras.
• Regulan las situaciones y conductas a las que se pueden exponer los y las menores. De esta manera se evitan riesgos que, por su momento evolutivo, no pueden afrontar de manera eficaz.
• Facilitan la autonomía de la persona.
• Mejoran el clima familiar.
Estas razones son válidas para todo el período evolutivo de nuestros hijos e hijas, pero en esta situación de confinamiento se hacen especialmente necesarias. Actualmente toda la población tiene restricciones para determinadas conductas que habitualmente no se tenían. En el caso de menores, existen muchas normas que han tenido que ser modificadas o rebajadas, pero también se han tenido que establecer algunas que antes no existían.
¿De qué manera ha influido el confinamiento en las normas que estableces en tu casa? ¿Has tenido que poner nuevas normas? ¿Has decidido eliminar o suavizar alguno de los límites habituales? Cuéntanoslo en los comentarios.
Es posible pensar que las normas coartan la libertad de nuestros hijos e hijas, pero lo cierto es que el establecimiento de límites en el hogar tiene una función preventiva dentro de la educación de los y las menores. Nuestros hijos e hijas tendrán que enfrentarse más tarde o más temprano a una sociedad en la que existen leyes, normas de conducta y obligaciones personales y profesionales. La presencia de normas contribuye de forma positiva a múltiples aspectos de su educación como personas:
• Ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos. Facilitan, por tanto, el autocontrol del o la menor, regulando los deseos más inmediatos posponiéndolos (si no es el momento), facilitando así conductas más adecuadas.
• Permiten entrenar la tolerancia a la frustración. Que no puedan hacer siempre lo que les apetece supone un sentimiento de frustración que puede servirles de experiencia para situaciones futuras.
• Regulan las situaciones y conductas a las que se pueden exponer los y las menores. De esta manera se evitan riesgos que, por su momento evolutivo, no pueden afrontar de manera eficaz.
• Facilitan la autonomía de la persona.
• Mejoran el clima familiar.
Estas razones son válidas para todo el período evolutivo de nuestros hijos e hijas, pero en esta situación de confinamiento se hacen especialmente necesarias. Actualmente toda la población tiene restricciones para determinadas conductas que habitualmente no se tenían. En el caso de menores, existen muchas normas que han tenido que ser modificadas o rebajadas, pero también se han tenido que establecer algunas que antes no existían.
¿De qué manera ha influido el confinamiento en las normas que estableces en tu casa? ¿Has tenido que poner nuevas normas? ¿Has decidido eliminar o suavizar alguno de los límites habituales? Cuéntanoslo en los comentarios.
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