¿CUÁLES SON LOS PASOS PARA ESTABLECER UNA NORMA?
Hace algunos días comenzamos hablando de las normas y los límites. Ya sabemos que tenemos diferentes tipos de normas en el hogar: Fundamentales, importantes y accesorias. También sabemos ya cómo deben ser las normas con nuestros hijos e hijas. Entre otras muchas características, las normas han de ser claras y concretas, coherentes con los valores de la familia, adecuadas a las capacidades de los y las menores, y con consecuencias explícitas.
En ocasiones, puede resultar difícil saber por dónde empezar a la hora de poner una norma en el hogar. Además, el proceso en sí mismo de determinar una norma puede conllevar conflictos en el hogar. En la entrada de hoy vamos a hablar de algunos pasos que pueden ayudar para planificar y establecer normas y límites en la familia.
1. Observar y decidir:
a. ¿Es necesario normativizar la conducta? ¿El comportamiento afecta a la convivencia familiar?: Es bastante habitual que existan pequeñas cosas de la convivencia que nos molesten. Por ejemplo, los zapatos en medio del pasillo, el tubo de la pasta de dientes sin el tapón, o la ropa acumulada en la silla de la habitación. Puede haber momentos en los que no nos importen estas conductas, y otros en los que nos enfadamos más (por ejemplo, si hemos tenido un día difícil en el trabajo, si hemos discutido con alguien, o si vamos con mucha prisa). Es decir, no nos afecta de la misma forma si nos sentimos bien o si nos sentimos regular. Aunque estas cosas no sean agradables para algunas personas, es importante reflexionar si este comportamiento es verdaderamente importante para la convivencia familiar. Un hogar lleno de normas, donde los y las hijas no pueden expresarse con cierto margen de libertad, implica un estilo educativo autoritario, con las consecuencias que ello conlleva. No podemos tener normas para cada comportamiento y, en determinadas ocasiones, hemos de escoger las batallas que queremos librar. ¿Prefiero poner una norma para esta pequeña cosa o para un comportamiento más grave en el hogar?
b. ¿Es un comportamiento de riesgo? ¿Es acorde a su desarrollo madurativo?: Una vez hemos decidido que esta conducta es de importancia en el hogar, hemos de reflexionar si este comportamiento entraña algún riesgo para nuestros hijos e hijas. Por ejemplo, dejar el móvil en la habitación del o la menor por la noche puede ser un riesgo para que entre a sus redes sociales sin supervisión y vea contenidos inapropiados. Sin embargo, que acumule la ropa encima de la silla de su cuarto, puede no tener mayores consecuencias que el desorden. Si el comportamiento afecta a la convivencia familiar y/o implica un riesgo para los hijos e hijas, comenzaremos con los pasos para establecer la norma.
2. Planificar el comportamiento a normativizar:
a. Método del acuerdo básico: La norma se establece de forma sencilla, se hace un acuerdo verbal de forma más o menos espontánea. A medida que se van sucediendo los hechos en la convivencia familiar, la norma se va concretando y perfilando.
b. Método del contrato: Esta herramienta es útil cuando el acuerdo básico no es suficiente o cuando se quiere dar especial importancia a una norma. Se acuerda un contrato, que puede ser oral o escrito, donde se detalla a qué se debe comprometer el hijo o la hija, qué consecuencias tendrá su cumplimiento e incumplimiento, y a qué se comprometen las personas adultas. Se les indica que un contrato no se puede romper. Para ver algunos ejemplos, podéis recurrir a la página web de Internet Segura for Kids (IS4K), del Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España. En esta página encontraréis contratos para el buen uso de la Tablet, el móvil o las redes sociales. Estos modelos pueden tomarse de ejemplo para regular otras conductas.
3. Acordar y aplicar la norma:
a. Escoger un momento en el que se pueda dialogar con tranquilidad y en intimidad con el hijo o la hija. Por ejemplo, en casa y después de la comida. Evitaremos poner normas en momentos con más personas ajenas, en situaciones donde vayamos con prisa o en lugres públicos.
b. Explicar por qué es necesaria la norma: “Puedes utilizar la Tablet 30 minutos antes de cenar, salvo cuando vengan el abuelo y la abuela a casa. En ese caso, pasaremos tiempo en familia”.
c. Explicar las consecuencias derivadas de su cumplimiento. Estas consecuencias deben ser atractivas para él o la menor. Muchas veces pueden reducirse al mantenimiento de privilegios: “Si cumples con ese tiempo, mañana podrás seguir utilizando la Tablet otros 30 minutos”.
d. Explicar las consecuencias derivadas de su incumplimiento: “Si utilizas la Tablet mientras el abuelo y la abuela están en casa, al día siguiente no podrás utilizarla".
e. Preguntar si se ha entendido y ser modelo para los hijos e hijas. Siguiendo nuestro ejemplo, padres y madres tampoco podremos utilizar la Tablet cuando vengan el abuelo y la abuela a casa. Recuerda que somos modelos a seguir de todo lo que hacemos para los hijos e hijas.
f. Si se hace un contrato escrito, colocarlo en un sitio visible para que pueda verse bien hasta que la norma se interiorice. Por ejemplo, en la nevera.
4. Observar y evaluar la consecución de lo acordado en el contrato: Además de proporcionar las consecuencias positivas o premios por haber cumplido la norma, también es muy útil registrar de alguna forma visual que los y las menores han cumplido con la norma, sobre todo si son niños y niñas pequeñas. Por ejemplo, se puede crear una tabla en una cartulina y poner una pegatina bonita cada día que cumplan la norma. Registrar el número de ocasiones en las que se ha cumplido el contrato es un método especialmente eficaz cuando se comienza a aprender un comportamiento.
¿Y tú? ¿Cómo sueles establecer las normas en tu hogar? ¿Has seguido alguno de los métodos de esta entrada? ¿Qué dificultades sueles tener a la hora de poner una norma o que se cumpla?
En ocasiones, puede resultar difícil saber por dónde empezar a la hora de poner una norma en el hogar. Además, el proceso en sí mismo de determinar una norma puede conllevar conflictos en el hogar. En la entrada de hoy vamos a hablar de algunos pasos que pueden ayudar para planificar y establecer normas y límites en la familia.
1. Observar y decidir:
a. ¿Es necesario normativizar la conducta? ¿El comportamiento afecta a la convivencia familiar?: Es bastante habitual que existan pequeñas cosas de la convivencia que nos molesten. Por ejemplo, los zapatos en medio del pasillo, el tubo de la pasta de dientes sin el tapón, o la ropa acumulada en la silla de la habitación. Puede haber momentos en los que no nos importen estas conductas, y otros en los que nos enfadamos más (por ejemplo, si hemos tenido un día difícil en el trabajo, si hemos discutido con alguien, o si vamos con mucha prisa). Es decir, no nos afecta de la misma forma si nos sentimos bien o si nos sentimos regular. Aunque estas cosas no sean agradables para algunas personas, es importante reflexionar si este comportamiento es verdaderamente importante para la convivencia familiar. Un hogar lleno de normas, donde los y las hijas no pueden expresarse con cierto margen de libertad, implica un estilo educativo autoritario, con las consecuencias que ello conlleva. No podemos tener normas para cada comportamiento y, en determinadas ocasiones, hemos de escoger las batallas que queremos librar. ¿Prefiero poner una norma para esta pequeña cosa o para un comportamiento más grave en el hogar?
b. ¿Es un comportamiento de riesgo? ¿Es acorde a su desarrollo madurativo?: Una vez hemos decidido que esta conducta es de importancia en el hogar, hemos de reflexionar si este comportamiento entraña algún riesgo para nuestros hijos e hijas. Por ejemplo, dejar el móvil en la habitación del o la menor por la noche puede ser un riesgo para que entre a sus redes sociales sin supervisión y vea contenidos inapropiados. Sin embargo, que acumule la ropa encima de la silla de su cuarto, puede no tener mayores consecuencias que el desorden. Si el comportamiento afecta a la convivencia familiar y/o implica un riesgo para los hijos e hijas, comenzaremos con los pasos para establecer la norma.
2. Planificar el comportamiento a normativizar:
a. Método del acuerdo básico: La norma se establece de forma sencilla, se hace un acuerdo verbal de forma más o menos espontánea. A medida que se van sucediendo los hechos en la convivencia familiar, la norma se va concretando y perfilando.
b. Método del contrato: Esta herramienta es útil cuando el acuerdo básico no es suficiente o cuando se quiere dar especial importancia a una norma. Se acuerda un contrato, que puede ser oral o escrito, donde se detalla a qué se debe comprometer el hijo o la hija, qué consecuencias tendrá su cumplimiento e incumplimiento, y a qué se comprometen las personas adultas. Se les indica que un contrato no se puede romper. Para ver algunos ejemplos, podéis recurrir a la página web de Internet Segura for Kids (IS4K), del Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España. En esta página encontraréis contratos para el buen uso de la Tablet, el móvil o las redes sociales. Estos modelos pueden tomarse de ejemplo para regular otras conductas.
3. Acordar y aplicar la norma:
a. Escoger un momento en el que se pueda dialogar con tranquilidad y en intimidad con el hijo o la hija. Por ejemplo, en casa y después de la comida. Evitaremos poner normas en momentos con más personas ajenas, en situaciones donde vayamos con prisa o en lugres públicos.
b. Explicar por qué es necesaria la norma: “Puedes utilizar la Tablet 30 minutos antes de cenar, salvo cuando vengan el abuelo y la abuela a casa. En ese caso, pasaremos tiempo en familia”.
c. Explicar las consecuencias derivadas de su cumplimiento. Estas consecuencias deben ser atractivas para él o la menor. Muchas veces pueden reducirse al mantenimiento de privilegios: “Si cumples con ese tiempo, mañana podrás seguir utilizando la Tablet otros 30 minutos”.
d. Explicar las consecuencias derivadas de su incumplimiento: “Si utilizas la Tablet mientras el abuelo y la abuela están en casa, al día siguiente no podrás utilizarla".
e. Preguntar si se ha entendido y ser modelo para los hijos e hijas. Siguiendo nuestro ejemplo, padres y madres tampoco podremos utilizar la Tablet cuando vengan el abuelo y la abuela a casa. Recuerda que somos modelos a seguir de todo lo que hacemos para los hijos e hijas.
f. Si se hace un contrato escrito, colocarlo en un sitio visible para que pueda verse bien hasta que la norma se interiorice. Por ejemplo, en la nevera.
4. Observar y evaluar la consecución de lo acordado en el contrato: Además de proporcionar las consecuencias positivas o premios por haber cumplido la norma, también es muy útil registrar de alguna forma visual que los y las menores han cumplido con la norma, sobre todo si son niños y niñas pequeñas. Por ejemplo, se puede crear una tabla en una cartulina y poner una pegatina bonita cada día que cumplan la norma. Registrar el número de ocasiones en las que se ha cumplido el contrato es un método especialmente eficaz cuando se comienza a aprender un comportamiento.
¿Y tú? ¿Cómo sueles establecer las normas en tu hogar? ¿Has seguido alguno de los métodos de esta entrada? ¿Qué dificultades sueles tener a la hora de poner una norma o que se cumpla?
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