¿CONFLICTOS CON ADOLESCENTES POR LA SALIDA A LA CALLE?
Desde el 11 de mayo es posible realizar pequeñas reuniones en grupos de menos de 10 personas. Al contrario que los y las menores de 14 años, que deben salir con una persona adulta, los y las adolescentes pueden salir con sus amistades. Este cambio tras los casi dos meses de confinamiento puede conllevar problemas y discusiones en el hogar, o incluso que no se respeten las medidas sanitarias obligatorias. En la entrada de hoy vamos a hablar sobre la adolescencia y algunas consideraciones que debemos tener en cuenta en relación a sus salidas a la calle durante la desescalada.
La adolescencia es una etapa de la vida en la que se produce un gran número de cambios a nivel físico, psicológico, emocional y social. Estos cambios generan en el o la adolescente diferentes crisis, que en ocasiones se manifiestan con algunas conductas de riesgo y desafío a las personas adultas.
Uno de los factores más importantes y característicos de la adolescencia es la importancia de las amistades. El grupo de iguales adquiere progresivamente más influencia en sus hábitos, actitudes, valores y forma de vida. La búsqueda de una identidad diferenciada de la de su entorno familiar invita a compartir experiencias con sus amistades y a buscar en ellas seguridad y apoyo, de manera que el grupo se convierte en uno de los principales entornos de socialización. La importancia de la amistad en la adolescencia es mayor que en cualquier otra etapa de la vida.
Cuando ya en una situación de normalidad la adolescencia es un período que causa muchos temores y dificultades en padres y madres para el manejo de las situaciones, las salidas que puedan realizar para relacionarse con sus amistades en estos momentos de desescalada producen mayor inquietud.
Es fundamental recordarles que estos paseos, aunque no se realicen con una persona adulta, también conllevan una serie de normas que han de cumplirse de forma estricta. Pasear junto con las amistades es un privilegio que conlleva una gran responsabilidad. El distanciamiento físico de 2 metros con personas con las que no se conviva, el lavado de manos constante, la conveniencia de usar mascarilla y no tocarse la cara o el mobiliario urbano, son normas que han de mantenerse. Además, los paseos deben darse dentro de las franjas horarias previstas. En el caso de que estas normas no se cumplan, será necesario revisar el comportamiento del o la menor e introducir modificaciones en las propias normas del hogar. En definitiva, si son mayores para salir, han de ser mayores para cumplir con las obligaciones sanitarias.
¿Cómo podemos responder algunos comentarios de nuestros hijos e hijas adolescentes? Vamos a analizar algunas frases que hemos podido oír estos días en la calle y vamos a responderlas...
1. “No es para tanto, no te contagias a no ser que te escupan en la cara”: Esta suposición no es cierta, nos lo dice la evidencia científica. El contagio del coronavirus se produce a través de las gotículas. Si estamos hablando con alguien a menos de 2 metros de distancia, estas gotículas caen en nuestra cara y cuerpo. Sin embargo, si guardamos la distancia de seguridad recomendada, las gotículas caen al suelo y, por lo tanto, no hay contagio. En caso de que no se pueda mantener la distancia de 2 metros, es necesario utilizar mascarilla. Por otro lado, si tocamos un objeto en el que se hayan depositado gotículas y posteriormente nos tocamos la cara (ojos, boca), nos podemos contagiar, de ahí la importancia del lavado de manos constante. Podemos enseñarles las infografías de la página web del Ministerio de Sanidad (disponibles también en Instagram) para que lean información fiable. Además, podemos imprimir alguna de estas infografías y ponerlas en nuestro hogar a modo de recordatorio.
2. “Es que mis amigos y amigas no se ponen la mascarilla y no guardan la distancia de seguridad”: En esta situación hay que devolverles su responsabilidad, que tienen que manifestarse con sus amistades de forma asertiva, dejando claro cómo quieren relacionarse con sus amigos y amigas. Es necesario darles toda la información relativa a las precauciones que han de tomar y los posibles riesgos que podría entrañar el no cumplir con las indicaciones sanitarias. Si sus amistades no cumplen con las indicaciones, han de decidir si quieren asumir el riesgo tanto de contagio propio como de contagio a otras personas de la familia.
3. “Necesito abrazar y estar con mis amistades”: Todas las personas echamos mucho de menos a nuestra familia y amistades, pero en estos momentos tenemos que ser conscientes de que la mejor manera de cuidarnos y de cuidar a las personas que queremos es mantener las medidas de seguridad sanitarias, distanciamiento físico (o mascarilla, si no se pudieran garantizar los 2 metros) e higiene. Realizar estos esfuerzos es importantísimo para evitar que nosotros o las personas que queremos enfermen. Tomar todas estas medidas nos asegurará que en un futuro podamos volver a abrazarnos. Hasta entonces, podemos hacer videollamadas o quedar con otras personas manteniendo todas las medidas de seguridad indicadas.
4. “Pues la gente que está en la terraza se sienta junta y nadie les dice nada”: Con el inicio de la fase 1, está permitido ir a terrazas con un máximo de 10 personas, siempre y cuando se cumplan las medidas sanitarias indicadas. Conocemos cuáles son estas medidas. Si alguien no cumple estas normas (se toca la cara, da dos besos a otras personas para saludar, o lleva la mascarilla mal puesta), no es justificación para que nosotros y nosotras también lo hagamos mal. Es una responsabilidad individual. Para empezar, podemos hacer pequeños ensayos haciendo una primera salida con nuestros hijos e hijas adolescentes. Escogeremos un local que cumpla con la normativa vigente (higiene, espacio entre mesas, mitad de aforo) y practicaremos cuál ha de ser la distancia entre las demás personas de la mesa, cómo han de mantener la higiene y como han de relacionarse con los y las camareras.
5. “Por fin ha terminado esto”: A día de hoy, las autoridades competentes han decidido hacer más flexible el confinamiento. Sin embargo, a pesar de que ahora podamos dar pequeños paseos, a partir de ahora tendremos una realidad muy distinta a la de antes. Tendremos que mantener la distancia de seguridad de dos metros (o llevar mascarilla si esta distancia no se puede garantizar), lavarnos las manos constantemente y toser y/o estornudar al codo. Una vez se hayan instaurado estos hábitos en toda la población, se convertirá en una ya “nueva normalidad”.
6. “Ya no hay coronavirus, nos dejan salir de casa”: La decisión de flexibilizar el confinamiento no significa que se haya acabado con el coronavirus, sino que ahora mismo determinadas comunidades autónomas tienen capacidad para asistir en los centros sanitarios, hospitales y Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) a las personas si enferman de COVID-19.
En definitiva, las medidas de seguridad y la evidencia científica nos señalan que el lavado de manos, el toser y/o estornudar al codo y la distancia social de 2 metros son las medidas más eficaces para garantizar que no se contagia el virus. Si no se puede mantener la distancia social de 2 metros, es necesario llevar mascarilla. Estamos aún en una circunstancia de extrema gravedad, que requiere también la colaboración de los y las adolescentes como parte de la ciudadanía. En este caso, los y las adolescentes representan un papel de vital importancia y han de entender cuál es su responsabilidad en el asunto. Todas las medidas de seguridad y de higiene son normas nuevas en el ámbito familiar. Por lo tanto, se han de explicar razonadamente, se han de entender, se han de monitorizar y, si no se cumplen, se ha de supervisar el comportamiento del o de la adolescente.
¿Sabes cómo hacen las salidas y paseos tus hijos e hijas? ¿Te has encontrado con alguna situación similar? ¿Cómo la has resuelto?
La adolescencia es una etapa de la vida en la que se produce un gran número de cambios a nivel físico, psicológico, emocional y social. Estos cambios generan en el o la adolescente diferentes crisis, que en ocasiones se manifiestan con algunas conductas de riesgo y desafío a las personas adultas.
Uno de los factores más importantes y característicos de la adolescencia es la importancia de las amistades. El grupo de iguales adquiere progresivamente más influencia en sus hábitos, actitudes, valores y forma de vida. La búsqueda de una identidad diferenciada de la de su entorno familiar invita a compartir experiencias con sus amistades y a buscar en ellas seguridad y apoyo, de manera que el grupo se convierte en uno de los principales entornos de socialización. La importancia de la amistad en la adolescencia es mayor que en cualquier otra etapa de la vida.
Cuando ya en una situación de normalidad la adolescencia es un período que causa muchos temores y dificultades en padres y madres para el manejo de las situaciones, las salidas que puedan realizar para relacionarse con sus amistades en estos momentos de desescalada producen mayor inquietud.
Es fundamental recordarles que estos paseos, aunque no se realicen con una persona adulta, también conllevan una serie de normas que han de cumplirse de forma estricta. Pasear junto con las amistades es un privilegio que conlleva una gran responsabilidad. El distanciamiento físico de 2 metros con personas con las que no se conviva, el lavado de manos constante, la conveniencia de usar mascarilla y no tocarse la cara o el mobiliario urbano, son normas que han de mantenerse. Además, los paseos deben darse dentro de las franjas horarias previstas. En el caso de que estas normas no se cumplan, será necesario revisar el comportamiento del o la menor e introducir modificaciones en las propias normas del hogar. En definitiva, si son mayores para salir, han de ser mayores para cumplir con las obligaciones sanitarias.
¿Cómo podemos responder algunos comentarios de nuestros hijos e hijas adolescentes? Vamos a analizar algunas frases que hemos podido oír estos días en la calle y vamos a responderlas...
1. “No es para tanto, no te contagias a no ser que te escupan en la cara”: Esta suposición no es cierta, nos lo dice la evidencia científica. El contagio del coronavirus se produce a través de las gotículas. Si estamos hablando con alguien a menos de 2 metros de distancia, estas gotículas caen en nuestra cara y cuerpo. Sin embargo, si guardamos la distancia de seguridad recomendada, las gotículas caen al suelo y, por lo tanto, no hay contagio. En caso de que no se pueda mantener la distancia de 2 metros, es necesario utilizar mascarilla. Por otro lado, si tocamos un objeto en el que se hayan depositado gotículas y posteriormente nos tocamos la cara (ojos, boca), nos podemos contagiar, de ahí la importancia del lavado de manos constante. Podemos enseñarles las infografías de la página web del Ministerio de Sanidad (disponibles también en Instagram) para que lean información fiable. Además, podemos imprimir alguna de estas infografías y ponerlas en nuestro hogar a modo de recordatorio.
2. “Es que mis amigos y amigas no se ponen la mascarilla y no guardan la distancia de seguridad”: En esta situación hay que devolverles su responsabilidad, que tienen que manifestarse con sus amistades de forma asertiva, dejando claro cómo quieren relacionarse con sus amigos y amigas. Es necesario darles toda la información relativa a las precauciones que han de tomar y los posibles riesgos que podría entrañar el no cumplir con las indicaciones sanitarias. Si sus amistades no cumplen con las indicaciones, han de decidir si quieren asumir el riesgo tanto de contagio propio como de contagio a otras personas de la familia.
3. “Necesito abrazar y estar con mis amistades”: Todas las personas echamos mucho de menos a nuestra familia y amistades, pero en estos momentos tenemos que ser conscientes de que la mejor manera de cuidarnos y de cuidar a las personas que queremos es mantener las medidas de seguridad sanitarias, distanciamiento físico (o mascarilla, si no se pudieran garantizar los 2 metros) e higiene. Realizar estos esfuerzos es importantísimo para evitar que nosotros o las personas que queremos enfermen. Tomar todas estas medidas nos asegurará que en un futuro podamos volver a abrazarnos. Hasta entonces, podemos hacer videollamadas o quedar con otras personas manteniendo todas las medidas de seguridad indicadas.
4. “Pues la gente que está en la terraza se sienta junta y nadie les dice nada”: Con el inicio de la fase 1, está permitido ir a terrazas con un máximo de 10 personas, siempre y cuando se cumplan las medidas sanitarias indicadas. Conocemos cuáles son estas medidas. Si alguien no cumple estas normas (se toca la cara, da dos besos a otras personas para saludar, o lleva la mascarilla mal puesta), no es justificación para que nosotros y nosotras también lo hagamos mal. Es una responsabilidad individual. Para empezar, podemos hacer pequeños ensayos haciendo una primera salida con nuestros hijos e hijas adolescentes. Escogeremos un local que cumpla con la normativa vigente (higiene, espacio entre mesas, mitad de aforo) y practicaremos cuál ha de ser la distancia entre las demás personas de la mesa, cómo han de mantener la higiene y como han de relacionarse con los y las camareras.
5. “Por fin ha terminado esto”: A día de hoy, las autoridades competentes han decidido hacer más flexible el confinamiento. Sin embargo, a pesar de que ahora podamos dar pequeños paseos, a partir de ahora tendremos una realidad muy distinta a la de antes. Tendremos que mantener la distancia de seguridad de dos metros (o llevar mascarilla si esta distancia no se puede garantizar), lavarnos las manos constantemente y toser y/o estornudar al codo. Una vez se hayan instaurado estos hábitos en toda la población, se convertirá en una ya “nueva normalidad”.
6. “Ya no hay coronavirus, nos dejan salir de casa”: La decisión de flexibilizar el confinamiento no significa que se haya acabado con el coronavirus, sino que ahora mismo determinadas comunidades autónomas tienen capacidad para asistir en los centros sanitarios, hospitales y Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) a las personas si enferman de COVID-19.
En definitiva, las medidas de seguridad y la evidencia científica nos señalan que el lavado de manos, el toser y/o estornudar al codo y la distancia social de 2 metros son las medidas más eficaces para garantizar que no se contagia el virus. Si no se puede mantener la distancia social de 2 metros, es necesario llevar mascarilla. Estamos aún en una circunstancia de extrema gravedad, que requiere también la colaboración de los y las adolescentes como parte de la ciudadanía. En este caso, los y las adolescentes representan un papel de vital importancia y han de entender cuál es su responsabilidad en el asunto. Todas las medidas de seguridad y de higiene son normas nuevas en el ámbito familiar. Por lo tanto, se han de explicar razonadamente, se han de entender, se han de monitorizar y, si no se cumplen, se ha de supervisar el comportamiento del o de la adolescente.
¿Sabes cómo hacen las salidas y paseos tus hijos e hijas? ¿Te has encontrado con alguna situación similar? ¿Cómo la has resuelto?
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