¿QUÉ CAMBIOS OCURREN EN LA ADOLESCENCIA? ¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA FAMILIA EN ESTA ETAPA VITAL?

En la entrada anterior hablábamos sobre los cambios evolutivos que se experimentan entre la infancia y la niñez. Hoy hablaremos sobre qué cambios ocurren en la adolescencia, considerada como la franja de edad desde los 12 (preadolescencia) hasta los 18 años (juventud). Además, hablaremos sobre cuál es el papel de la familia en la vida de las y los adolescentes.

Cambios psicológicos y cognitivos.

Esta etapa se caracteriza por la necesidad de establecer la propia identidad y la búsqueda de autonomía e independencia ante las personas adultas. Esta es la razón principal por la que pueden aparecer conductas de riesgo como el consumo de drogas y comportamientos antisociales. El desarrollo de estos comportamientos sirve para reducir el estrés y las emociones negativas (tristeza, ansiedad, etc.) a través de la experimentación de nuevas “sensaciones” y conductas que permiten autoafirmarse.

Los cambios cognitivos que tienen lugar en la adolescencia provocan una percepción diferente del mundo que les rodea que la que tienen las personas adultas. Tienden a presentar un sentimiento de invulnerabilidad (nada malo me puede ocurrir), que facilita el desarrollo de conductas de riesgo.

El grupo de amistades.

El grupo de iguales pasa a ser determinante y cobra especial relevancia en el proceso de construcción de la propia identidad. Las amistades influyen cada vez más para determinar hábitos, actitudes, valores y formas de vida. La búsqueda de una identidad diferenciada de la de su entorno familiar invita al o a la adolescente a compartir experiencias con sus amistades y a buscar en ellas seguridad y apoyo, de manera que el grupo se convierte en uno de los principales entornos de socialización. Es en estos contextos donde suelen ocurrir los primeros contactos con las drogas, principalmente con el alcohol.

La “crisis” de la adolescencia.

Durante esta etapa vital, se experimentan diferentes necesidades. Principalmente:

Reconocerse como personas valiosas.
Sentir aceptación en su grupo de amistades.
Aprender habilidades sociales con las que experimentar el éxito en la resolución de conflictos.
Experimentar nuevas sensaciones en su tiempo libre.
Sentirse útiles en su entorno.


El enfrentamiento a estas necesidades genera una “crisis”, que se suele mostrar en contradicciones en la propia conducta. En algunas ocasiones pedirán ayuda o apoyo a las personas adultas de referencia (padres, madres, profesorado, …), pero en gran medida la superación de dicha crisis residirá en las habilidades y competencias personales que haya modelado la o el adolescente desde su infancia, adaptándose así a las diferentes situaciones familiares y sociales. Por ello es tan importante el trabajo de los factores de protección desde la infancia y la niñez.

La influencia de la familia.

La presencia de personas adultas de referencia, especialmente en la familia, es muy importante en esta etapa. El apoyo que han de recibir los y las adolescentes para superar este momento tan decisivo de su crecimiento pasa, indudablemente, por la familia.

La familia es el primer sistema de interacción social que aparece en la infancia y la niñez. Durante la adolescencia, a pesar de que el grupo de iguales cobra mucha importancia, la familia sigue siendo el eje fundamental de apoyo para el desarrollo de la persona y sigue siendo valorada muy positivamente. La familia será siempre el lugar al que las y los adolescentes volverán cuando necesiten ayuda y se sientan más vulnerables.

Es, además, el entorno en el que se fomentan los factores de protección frente a una multitud de problemas futuros, entre ellos el consumo de drogas y el uso abusivo de pantallas, videojuegos o juegos de apuestas. El afrontamiento adecuado de los problemas, las habilidades sociales, la presencia de normas y reglas claras y adaptadas a cada edad, e incluso el afecto y el cariño en el seno familiar, son factores de protección que pueden comenzar a educarse desde edades bien tempranas en el hogar.

Otra función que cumple la familia es la de potenciar el desarrollo de cada miembro. Cada persona de la familia tiene el mismo derecho y la misma obligación que cualquier otra de cuidar y ser cuidada, respetar y ser respetada, potenciar y ser potenciada. Esto es lo que va a hacer que cada persona se autorrealice y se sienta bien con su desarrollo, con las demás y con el mundo. Padres y madres se comprometen a dar respuesta a las necesidades afectivas y de desarrollo de los miembros de la familia de una forma estable y duradera. La familia proporciona a cada miembro protección, seguridad, compañía, afecto.







En definitiva, la adolescencia destaca por una época de cambios muy marcados: La influencia del grupo de iguales, la búsqueda de la propia identidad, y la autonomía frente a las personas adultas. Aún así, la familia continúa siendo uno de los ejes de desarrollo principales. La crianza en factores de protección desde edades muy tempranas favorecerá el adecuado desarrollo de los y las adolescentes, aunque durante su desarrollo aparezcan ciertas conductas de riesgo esporádicas.

¿Has experimentado alguna dificultad o algún conflicto con tus hijos e hijas adolescentes? ¿Sueles hablar con ellos y ellas habitualmente? ¿Sientes que se acercan a contarte sus problemas? ¿Cómo sueles resolver esas situaciones?

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