¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA Y CÓMO INFLUYE EN EL COMPORTAMIENTO?
Tener una autoestima adecuada y realizar una buena gestión emocional son factores de protección muy importantes a la hora de prevenir.
Uno de los espacios en los que se pueden educar estas competencias de la inteligencia emocional es en la familia, lugar idóneo y privilegiado en los primeros años de la vida de los y las menores, y referencia fundamental para prevenir comportamientos de riesgo en la adolescencia.
AUTOCONOCIMIENTO
El autoconocimiento es la primera aptitud de la inteligencia emocional. Con el autoconocimiento se pretende que cada persona se conozca tal cual es: su carácter, sus fortalezas y debilidades, cuáles son sus oportunidades de mejora, cuáles son sus valores…
El autoconocimiento es de suma importancia para identificar los recursos personales con los que cuenta la persona, que le permite tener claridad sobre el proyecto de vida que se plantea y el desarrollo de competencias que necesita fortalecer para lograrlo. Conocerse es el soporte y el motor de la identidad y de la capacidad de comportarse con autonomía.
AUTOCONCEPTO
El autoconcepto puede definirse como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que la persona tiene de sí misma. Se distinguen, por tanto, los aspectos cognoscitivos (lo que creo sobre mí) y los evaluativos (que también se denomina autoestima, y que la forman los sentimientos que me generan esas creencias). En la consolidación de ambos componentes (cognitivos y evaluativos), la imagen que la persona considera que los demás tienen de ella juega un importante papel.
AUTOESTIMA
Uno de los espacios en los que se pueden educar estas competencias de la inteligencia emocional es en la familia, lugar idóneo y privilegiado en los primeros años de la vida de los y las menores, y referencia fundamental para prevenir comportamientos de riesgo en la adolescencia.
AUTOCONOCIMIENTO
El autoconocimiento es la primera aptitud de la inteligencia emocional. Con el autoconocimiento se pretende que cada persona se conozca tal cual es: su carácter, sus fortalezas y debilidades, cuáles son sus oportunidades de mejora, cuáles son sus valores…
El autoconocimiento es de suma importancia para identificar los recursos personales con los que cuenta la persona, que le permite tener claridad sobre el proyecto de vida que se plantea y el desarrollo de competencias que necesita fortalecer para lograrlo. Conocerse es el soporte y el motor de la identidad y de la capacidad de comportarse con autonomía.
AUTOCONCEPTO
El autoconcepto puede definirse como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que la persona tiene de sí misma. Se distinguen, por tanto, los aspectos cognoscitivos (lo que creo sobre mí) y los evaluativos (que también se denomina autoestima, y que la forman los sentimientos que me generan esas creencias). En la consolidación de ambos componentes (cognitivos y evaluativos), la imagen que la persona considera que los demás tienen de ella juega un importante papel.
AUTOESTIMA
La autoestima es la parte del autoconcepto que hace referencia a la evaluación que cada persona hace sobre sí misma, sobre su capacidad y valía para superar los problemas que se le plantean a lo largo de la vida y que, en consecuencia, afecta a la forma de ser y comportarse, a la forma de pensar y sentir, y a la manera de actuar y relacionarse con las demás personas.
La autoestima es una experiencia íntima; es lo que una persona piensa y siente sobre sí misma. Si es adecuada, produce confianza y seguridad, que lleva a la satisfacción de la autoaprobación. Si la persona no se acepta, si se rechaza, esto le produce dolor y, entonces, se utilizan mecanismos para salir del malestar y la frustración por sentirse mal consigo misma.
Nuestra autoestima influye en cómo percibimos la vida, cómo nos comportamos y cómo nos relacionamos. A continuación se expone un cuadro que puede ayudar a entender mejor esta diferencia:
Hablamos de una autoestima adecuada, y también se puede calificar de alta autoestima. Pero si le ponemos este nombre, tenemos que diferenciarla de la sobreestima. En el primer caso nos valoramos y reconocemos todas nuestras capacidades, habilidades y limitaciones en una base real (sin subestimarnos o sobrestimarnos); sin sentirnos ni más ni menos que nadie; respetando el comportamiento de cada persona. En el caso de la sobreestima, sin embargo, con la apariencia de alta autoestima negamos nuestra inseguridad y nos consideramos con más valor que el resto de personas, haciendo alarde de cualidades, habilidades o poder, y lo demostramos perjudicando a otras personas mediante humillación, burlas o desprecios.
Así pues, la autoestima tiene una gran influencia en nuestro comportamiento y en cómo nos relacionamos con las demás personas. Como veremos en próximas publicaciones, la autoestima no es algo estático, si no que va cambiando y se puede modificar. En el caso de nuestros hijos e hijas, debemos prestar atención a cómo es su autoestima, qué piensan sobre sí y ayudarles a que sea la adecuada.
¿Piensas que tu hijo o hija tiene una autoestima adecuada? ¿Cómo crees que influye en sus comportamientos? ¿Crees que la relación que mantiene con sus amistades está influenciada por dicha autoestima? Pon en comentarios lo que consideres…
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