¿CÓMO EDUCAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS RESPECTO AL ALCOHOL?
Según los datos que tenemos de la última encuesta ESTUDES, la edad media
de inicio en el consumo de alcohol de los y las jóvenes en Asturias es de 14
años, siendo la edad de inicio en las borracheras 14,8.
Como padres y madres, no podemos ignorar estos datos y debemos tener en
cuenta que una parte más de nuestra labor educativa es enseñarles a
relacionarse de una manera adecuada con las drogas, especialmente con el
alcohol, que es la sustancia más consumida tanto por jóvenes como por el resto
de la población.
El alcohol está muy presente en nuestras costumbres, en nuestra
gastronomía, en nuestras fiestas y en definitiva, en nuestra sociedad. Durante
mucho tiempo se ha considerado al alcohol como un alimento e incluso como una
medicina. Y además, no podemos olvidar la importancia y la influencia que tiene
la industria del alcohol y la hostelería en nuestro entorno.
Teniendo todo esto en cuenta, limitarnos a dar por hecho que nuestros
hijos e hijas no van a beber, es un planteamiento un tanto iluso, Y al contrario,
el pensamiento de que es normal que los menores beban, es irresponsable por
nuestra parte.
Debemos tener claro que todo consumo de alcohol conlleva unos riesgos, y
más todavía en el caso de menores de edad, que se encuentran en pleno proceso
de maduración de su sistema nervioso central. Estos riesgos se ven afectados
por otros factores como pueden ser el sexo (por motivos fisiológicos hace más
efecto a las chicas), el peso o el tipo de bebida alcohólica que se consuma.
Para educarles sobre este tema, una de las principales herramientas que
tenemos es la comunicación. A la hora de hablar con ellos y ellas sobre el
alcohol debemos tocar los siguientes temas:
- Pregúntale cuál es su punto de vista. Averigua qué piensa tu hijo o tu hija adolescente sobre el alcohol. Si tiene interés en beber, pregúntale por qué.
- Desmiente los mitos. El alcohol está rodeado de un montón de mitos y falsas creencias, por lo que conviene tener buena información al respecto y transmitirla. Puedes consultar aquí los principales mitos.
- Analiza las razones para no beber. Explica los riesgos del consumo de alcohol y apela a su autoestima. No hace falta beber para divertirse.
- Planea maneras de manejar la presión de grupo. Haz una lluvia de ideas sobre cómo responder a las ofertas de alcohol. Podría ser tan simple como decir: "No, gracias" o "¿Tienes un refresco?".
- Prepárate para las preguntas. Pueden preguntarte si tú bebiste alcohol a su edad. Puedes contestar lo que prefieras, pero se puede contestar con sinceridad teniendo en cuenta la información que se tenía antes sobre el alcohol, cuando no se consideraba como una droga y había una gran permisividad dentro de las propias familias.
Otra herramienta que tenemos es el ejemplo. No hace falta ir al extremo
de no beber alcohol delante de nuestros hijos e hijas, pero debemos tener claro
que somos modelos para ellos y ellas, no por lo que decimos sino por lo que
hacemos. En este sentido, no estaríamos siendo coherentes si bebemos alcohol de
forma frecuente o abusiva, si insistimos a otras personas para que beban o si
cogemos el coche después de haber consumido alcohol.
Te dejamos aquí el enlace a la Campaña El Trecho, de la FAD que nos puede
servir para reflexionar sobre nuestras actitudes:
¿Has hablado ya con tu hijo o tu hija sobre el alcohol? ¿Tiene claro lo que esperas de su conducta? ¿Tienes alguna duda más sobre este tema? No dudes en planteárnosla en comentarios.
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