CÓMO PREVENIR EL CIBERACOSO

 En la entrada de hoy vamos a hablar de cómo prevenir el ciberacoso. Para ello vamos a utilizar información del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), publicada en su página web internet segura for kids (www.is4k.es). 

El ciberacoso es un tipo de acoso que se produce entre menores y en el que se utilizan los medios digitales para hacer daño a la víctima, conscientemente y de forma repetida en el tiempo. Es decir, se mantiene la intención de hacer daño, de forma repetida y mantenida en el tiempo, utilizando medios como móviles, redes sociales, correos, foros o cualquier otra aplicación móvil o servicio de internet.

El ciberacoso presenta algunas peculiaridades respecto al acoso presencial que agravan su impacto y consecuencias. Con el uso de dispositivos tecnológicos se produce una desinhibición en el comportamiento debida a diferentes motivos:

El supuesto anonimato en internet genera una falsa sensación de impunidad, de ausencia de responsabilidad y de poder.

La distancia física con la víctima reduce la empatía con ella. Al no ver sus reacciones pueden mantener comportamientos que en persona habrían abandonado mucho antes.

Las y los testigos o espectadores pueden sumarse más fácilmente al tener una menor exposición personal. Basta con compartir o darle me gusta a los mensajes acosadores de otra persona.

La inmediatez de las comunicaciones permite respuestas rápidas e impulsivas que pueden empeorar los conflictos.

La ausencia de normas claras de comportamiento y mecanismos de regulación social en la red, permiten que aparezcan conductas que no se darían de forma presencial.

A todo esto se suma que se pueden compartir mensajes en cualquier momento y lugar, por lo que un el acoso se puede producir las 24 horas del día y la víctima no tiene momentos de tranquilidad ni espacios seguros. Los mensajes ofensivos fácilmente se pueden hacerse virales y llegar a muchas personas en muy poco tiempo. Pueden permanecer en el tiempo, dañando y afectando a la imagen de la víctima

El ciberacoso o cyberbulling se produce porque Internet es una parte más de nuestra vida. Así, puede ser simplemente la extensión de una situación de acoso cara a cara, aunque también puede transcurrir enteramente a través de Internet. En cualquier caso, las motivaciones pueden ser varias:

La falsa creencia de que es una broma sin importancia. El ciberacoso puede tener repercusiones muy serias, no son travesuras, no es gracioso.

El deseo de venganza ante un conflicto previo, o por la enemistad entre dos personas. La falta de habilidades sociales hace que no sepan gestionar adecuadamente la situación y busquen dañar a la otra persona.

La falta de autoestima por parte de la persona acosadora, que trata de ocultarlo mostrando su fuerza para humillar a otras personas y parecer superior.

La presión del grupo de iguales y la suposición de que así mejora su estatus dentro del mismo.

Por estos motivos, cualquiera puede sufrir un caso de ciberacoso, aunque hay una serie de características más frecuentes: ser diferente (ya sea por origen, cultura, orientación sexual, aspecto físico, gustos y aficiones, comportamiento, etc.), tener baja autoestima, inseguridad y habilidades sociales poco desarrolladas (pues dificulta la relación con los demás, la respuesta a conflictos, la defensa de sus derechos) y contar con un reducido círculo de amistades (menor red de apoyo y protección).

Para poder prevenir esta situación, se deben minimizar los factores que lo favorecen (en todas las personas: víctimas, acosadoras y testigos), dar herramientas para gestionar los conflictos antes de que deriven en situaciones más graves y proporcionar mecanismos para pedir ayuda.

Hablar cotidianamente con los y las menores, para estar al día de las aplicaciones, redes sociales y juegos que utilizan, quiénes son sus amistades online y qué hacen en la red. Cuando sea necesario, supervisar su actividad con las herramientas de control parental y comentarlo. Se trata de interesarse de forma natural, como hacemos con su día a día en el centro educativo o en el parque con sus amistades. 

Cuidar una relación de confianza con ellos y ellas para que en caso de problemas puedan acercarse sin miedo a una reacción exagerada por nuestra parte. 

Potenciar sus habilidades sociales (autoestima, empatía, autocontrol, resolución de conflictos, asertividad, etc.) de modo que no lleguen a iniciar el acoso, o en caso de sufrirlo, que sepan gestionarlo y responder adecuadamente. 

En el caso de que sean testigos o personas espectadoras, también es fundamental su papel, pues bien pueden reforzar el ciberacoso, simplemente mirando hacia otro lado, o por el contrario pueden detenerlo si no se calla, apoyan a la víctima y se enfrentan a la persona agresora, llegando incluso a denunciar la situación ante alguna persona adulta responsable.

Cuidar la privacidad. Emplear cuentas privadas en redes sociales, limitar el número de contactos y configurar sus opciones de privacidad a fin de reducir la información expuesta en Internet (mensajes, fotos, etc.), que una persona acosadora podría utilizar para atacarles. En la misma línea, se deben evitar prácticas de riesgo: no compartir información sensible (imágenes íntimas, contraseñas, geolocalización, mensajes que pudieran perjudicarles), no aceptar como amistades a quienes no conocen en persona, etc.

Gestionar los conflictos antes de que puedan llegar a un ciberacoso. Mantener la calma y no agrandarlos con reacciones exageradas (por ejemplo respondiendo con insultos), ni con una actitud pasiva. Se debe responder asertivamente para encontrar una solución.

Prestar atención a cambios repentinos en los y las menores como brotes de agresividad, o pasividad, reacciones exageradas ante una broma, cambios en las amistades, aprensión o indiferencia en el uso de Internet, etc. Aunque los cambios forman parte de la adolescencia, también nos pueden dar pistas sobre posibles problemas.

Si se produce una situación de ciberacoso, se debe intervenir y con la mayor rapidez posible para evitar que el problema siga agravándose, ya que no va a resolverse por sí mismo. Se debe mantener una actitud serena, constructiva y de búsqueda de soluciones, evitando reaccionar exageradamente ni culpabilizar:

Escuchar a la víctima sin culpabilizarle y reforzar su autoestima. Es muy importante que el o la menor sepa que vamos a ayudarle a solucionar la situación, que estamos de su lado, pero debe contarnos qué está ocurriendo.

Guardar las evidencias tomando capturas de pantalla con los mensajes acosadores para poder exponer el caso y si es necesario denunciarlo. No se deben borrar, ni responder a los mensajes para no aumentar el problema.

Comunicarse con el centro educativo. Si todas las personas implicadas son alumnas del mismo deben tomar medidas, valorar la mejor forma de actuar y asesorarnos.

Búsqueda de ayuda especializada. Se puede acudir al centro de salud y servicios sociales para pedir ayuda psicológica para víctimas, acosadoras y testigos, así como a asociaciones especializadas para pedir asesoramiento.

Contactar con el o la agresora y su familia para tratar de solucionar el conflicto por la vía del diálogo y eliminar los contenidos ofensivos de Internet. Si los y las implicadas estudian en el mismo entro educativo, la mediación del mismo puede ser de utilidad.

Denuncia ante las páginas web y redes sociales donde se han publicado los mensajes acosadores para solicitar su eliminación, así como bloquear las comunicaciones de la persona agresora hacia la víctima.

En caso de no conseguir solucionar la situación mediante el diálogo y la mediación, denunciar ante las autoridades. Debemos acudir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil, policías autonómicas, etc.) o a la Fiscalía de Menores.

En el caso de que tengas dudas o necesites ayuda de una forma más personalizada, el INCIBE ofrece de forma gratuita y completamente confidencial, una Línea de Ayuda en en el teléfono 017. 

Por otra parte, puedes descargarte la Oca del Ciberacoso, para sensibilizar y conversar de forma divertida con tus hijos e hijas sobre este tema. 

También puedes descargarte esta Guía de actuación contra el ciberacoso, que amplía la información sobre cómo actuar en este tipo de situaciones. 


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